"No es sólo lo que el ojo ve, lo que el oído oye o lo que la mano puede tocar, sino también lo que está oculto al ojo y al contacto con los dedos, y que se revela a veces, sólo un instante, a quien busca con los ojos del espíritu, a quien sabe escuchar con los oídos del alma y tocar con los dedos de la mente". "De Repente en lo profundo del bosque" (Amos Oz)